Cómo se transforma el trigo en harina

El trigo es el fruto de un trabajo de aproximadamente nueve meses. El objetivo fundamental de la molienda de trigo es la obtención de harinas para fabricar productos alimenticios tales como pan, pastas o galletas.

Tras recolectar el trigo, se distribuye por distintos silos en los que se almacena hasta su posterior molturación.

Previamente es necesario llevar a cabo una limpieza preliminar del trigo mediante corrientes de aire que permiten separar impurezas, polvo o paja que proceden directamente del campo y granos vacíos. Para ello podemos utilizar un canal de aspiración que puede combinarse con otros equipos como la máquina deschinadora o la cepilladora. KMEC le proporciona diversos equipos de limpieza de granos personalizables según sus requisitos.

A continuación es necesario acondicionar el trigo para el proceso de molturación, para lo que tendremos que modificar los parámetros de humedad y temperatura. Lo que pretendemos lograr con el agregado de agua o humectación es facilitar la separación de las distintas partes del grano. La temperatura de acondicionamiento oscila entre 35 y 40 grados centígrados.

Finalmente llegamos a la fase final de rotura, molturación y tamizado, donde obtendremos la harina. El grano de trigo se parte de forma gradual, separando la parte exterior de la interior hasta obtener el endospermo adherido al salvado y, por último, reduciendo el endospermo a harina. Tras cada una de las etapas de reducción de tamaño, el material se envía a la fase de tamizado para realizar la separación de los fragmentos según su tamaño y densidad.
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